El CEO de Shapeshift, Erik Voorhees, argumentó bajo el mismo tono de que la empresa recibió este dinero «como un medio para un fin», ya que estarían recibiendo nuevamente lo que le han dado al gobierno en intereses. Asimismo, algunos otros podrán señalar que utilizarán dicho dinero para seguir desarrollándose y el día de mañana convertirse en una alternativa potente frente al dinero fíat. Esto puede tener lógica para algunos, pero lo que no se toma en cuenta con estas actitudes es que caemos en la falta de ética.
La comunidad de criptomonedas tienen sus principios y ha funcionado estos últimos años sin grandes problemas gracias a ellos. No podemos hoy dejar que los grandes competidores de esta industria aprovechen el dinero gratis porque es lucrativo, sin hacerse responsables a su vez de las consecuencias que genera dicho dinero. Y las consecuencias son reales: empobrecer aún más a la gente.
Si las criptomonedas basadas en Bitcoin fueron creadas para oponerse a este sistema que beneficia sólo a aquellos que están cerca de la cúpula gubernamental, entonces no podemos perpetuar estas conductas. Cuando el corazón de una comunidad está en su ideología y en su visión de un mañana distinto y mejor, entonces cada uno de nuestros pasos debería ser consecuentes con ese mundo que estamos creando.
Lamentablemente acciones como estas nos llevan a un rumbo contrario, donde la banca tradicional sigue ganando en su juego. Y cada una de estas empresas que ha aceptado los cheques del gobierno lo sabe, pero prefiere fingir demencia.