La medida busca ayudar a pequeñas empresas a mantenerse a flote a pesar de la crisis económica que ha ocasionado el Covid-19 en los Estados Unidos. De esta manera, se espera que el dinero otorgado se destine a cubrir el salario de los empleados y promueva sus operaciones comerciales.
Todo eso sonaría muy bien, si no se supiera de antemano que el dinero que están recibiendo estas compañías proviene de un decreto gubernamental que plantea inyectar liquidez al mercado estadounidense por medio de la impresión de dinero.
Es decir, se trata de una medida que estaría generando dinero inorgánico y endeudamiento público con el objetivo de rescatar a la economía nacional de una contracción mayor al 6%, según calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, los nuevos dólares que se están imprimiendo no nacen de la nada, sino de la disminución del poder adquisitivo del dinero que ya se encuentra en circulación.
Al aceptar el dinero del Programa de Protección de cheques de Pago (PPP) las empresas de criptomonedas están apoyando aquello que juraron destruir. Hacía menos de dos meses la comunidad alborotó Twitter criticando cómo el gobierno de los Estados Unidos imprimía dinero sin valor real, mientras recomendaban el uso de Bitcoin porque su emisión era limitada y deflacionaria.
No obstante, en la actualidad, estas empresas que han sido las abanderadas de una nueva banca y sistema monetario, se han olvidado de estos argumentos de antaño. El mantra “Bitcoin es mejor que el dinero fiat porque es verdaderamente escaso y su emisión está programada para ser limitada” se ha convertido en puro blablablá, porque en sus cuentas bancarias el dinero inorgánico no parece molestarles.